«Space Oddity», David Bowie: vinilo de día
Space Oddity de David Bowie: El Vinilo que nos Enseñó a Flotar
*Publicado en «El Vinilo del Día» – Space Oddity de David Bowie – tocadiscos.shop | 11 de julio de 2025

Abre los oídos. Pero en serio: ciérralos al ruido y abre espacio para que entre el vacío cósmico. Porque hay canciones que no solo se escuchan, se orbitan. Y si hablamos de momentos que rompieron la atmósfera —históricos, sí, pero también emocionales—, pocos son tan curiosamente sincronizados como este: el alunizaje del Apolo 11… y el despegue del Mayor Tom. Así, sin mucha fanfarria pero con una precisión casi poética, un joven llamado David Bowie soltaba al universo su “Space Oddity” un 11 de julio de 1969.
Es excepcionalmente bueno y una piedra angular en su poliédrica carrera como estrella sintética, mutante y siempre fascinante.
Casi nadie sabía, entonces, que ese simple sencillo sería la piedra angular de una galaxia entera.
Entre butacas de cine y polvo lunar: la génesis de un astronauta melancólico

Para entender de verdad a “Space Oddity”, hay que rebobinar la cinta. Bowie venía de estrellarse (musicalmente hablando) con su primer disco. Aún no era el camaleón, ni el Ziggy de lentejuelas. Era un chico de suburbio londinense, inquieto, teatral, con el corazón medio roto y la cabeza llena de imágenes.
Y un día entra a ver 2001: Una odisea del espacio. Sale flotando. Lo que vio allí —la inmensidad, la desconexión, esa belleza inquietante del silencio espacial— lo dejó tocado. Sembró una semilla. Y de esa semilla nació el Mayor Tom: un viajero solitario que se comunica con la Tierra y luego… simplemente se va. Sin dramas. Sin rescate. Solo la deriva.
- 2001: Una odisea en el espacio
- Keir Dullea, Gary Lockwood, William Sylvester (Actores)
No es casualidad que la BBC usara la canción para su cobertura del alunizaje. ¿Irónico? Sin duda. ¿Perfecto? También. Mientras los humanos tocaban suelo lunar por primera vez, el Mayor Tom se perdía en el vacío. Era Bowie haciendo lo suyo: mirar hacia donde nadie más estaba mirando.
Escucha Space Oddity, el vinilo del día con los mejores tocadiscos del mercado:
El álbum completo Space Oddity: Bowie en construcción, pero ya tocando estrellas
Pocos se sumergen más allá del sencillo. Pero el álbum —llamado originalmente David Bowie y luego renombrado como Space Oddity— es una especie de cápsula de transición. Todavía muy folk, con cierto aire dylaniano y bastante menos glam del que vendría después. Pero ojo, ya hay señales claras: toques psicodélicos, personajes teatrales, atmósferas espaciales y esa melancolía disfrazada de ciencia ficción.
- Caja Space Oddity 50 Cumpleaños/2 45 vueltas
Colaboraron nombres que luego serían leyenda: Rick Wakeman, con esos acordes de mellotron que suenan a galaxias en expansión; Tony Visconti, que produjo casi todo el disco (menos “Space Oddity”, curiosamente, porque la consideraba poco seria); y Gus Dudgeon, que tomó el relevo para producir ese track que terminaría sonando en todas las frecuencias del planeta.

Destacar una o dos canciones no le hace justicia, pero ahí van unas coordenadas:
- “Space Oddity”: Obvio. Es la joya. Es la puerta. Esa cuenta regresiva, la guitarra flotante, la sensación extraña de estar a la deriva pero tranquilo. En vinilo, con ese crepitar suave, es casi una sesión espiritista: estás contactando con el fantasma del Mayor Tom.
- “Unwashed and Somewhat Slightly Dazed”: Aquí Bowie baja a la Tierra, se ensucia las botas y sopla la armónica con furia. Cruda, sucia, vibrante. Un contraste brutal con la anterior.
- “Letter to Hermione”: No todo es ciencia ficción. A veces, Bowie se quita la máscara y canta como quien le escribe a un amor que ya no está. Dolorosa por su sencillez, hermosa por su honestidad.
- “Memory of a Free Festival”: Cierre coral, utópico, casi hippie. Una celebración de la comunidad y la luz del sol como si fuera un dios moderno. Es el regreso de la nave, aunque no sepamos exactamente a dónde aterriza.
El Mayor Tom nunca se fue
Con el tiempo, la figura del Mayor Tom regresaría. Distorsionada. En Ashes to Ashes, por ejemplo, Bowie lo redefine como un adicto perdido en su propia órbita. Ya no es el héroe del espacio: es un símbolo del descontrol, del escape mal gestionado.
Y luego vino el homenaje más inesperado: el comandante Chris Hadfield, desde la Estación Espacial Internacional, cantando “Space Oddity” mientras flota de verdad, sin trucos. Bowie, al verlo, se rindió: “la versión más conmovedora jamás hecha”. Ahí está: la ficción alcanzando a la realidad y viceversa.

Por qué el vinilo sigue siendo la mejor nave espacial

Podrías escuchar esto en Spotify, claro. Pero hay algo en el ritual del vinilo que lo cambia todo. La portada (diseñada con guiños ópticos por Victor Vasarely), el tacto del cartón, el peso del disco, ese leve zumbido antes del primer acorde. Es más que nostalgia: es presencia. Es casi como si Bowie estuviera en la sala, afinando su guitarra mientras tú preparas el té.
¿Listo para despegar?
El Mayor Tom no espera para siempre. Si no tienes tu copia en vinilo, es momento de hacer clic y conseguirla en Amazon.
Y una vez que entres al universo Bowie, difícilmente querrás salir. Ziggy Stardust, Hunky Dory, Aladdin Sane… cada disco es una constelación distinta.
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“Space Oddity” fue más que una canción: fue una promesa de que la música podía llevarnos lejos. Más allá de la Tierra, sí, pero también más allá de nosotros mismos. Una odisea en miniatura, hecha de cuerdas, sintetizadores y pura imaginación.

Ahora, si me permites… voy a cerrar los ojos. Creo que escucho algo.
🎵🎵 Ground Control to Major Tom…
Última actualización el 2025-07-17 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados